Hablar con los niños sobre los tiroteos en las escuelas: Guía para padres

El miedo y la devastación que rodean a los tiroteos escolares han asustado sin duda a muchos padres de todo el país. Cuando ocurren estos horribles sucesos, la gente suele sentirse hipervigilante.

Si tienes hijos, es posible que ahora mismo te sientas asustado e inseguro. Por eso, es posible que no sepas cómo hablar de tus sentimientos con otros adultos, y mucho menos con tus propios hijos.

Pero la comunicación abierta es esencial, sobre todo si percibe que su hijo tiene dificultades. Aquí tienes algunos consejos valiosos.

Cómo hablar con sus hijos de los tiroteos en las escuelas

Hablar de tragedias con los niños no es fácil. La mayoría de los adultos se esfuerzan por manejar sus propios sentimientos al procesar estos acontecimientos. Recordarse a uno mismo que está bien que la conversación resulte un poco incómoda puede ser tranquilizador.

Recuerde que el diálogo debe ser apropiado para el desarrollo del niño. La forma de hablar a un niño de guardería, por ejemplo, será muy distinta de la forma de hablar a un estudiante de último curso de secundaria.

Niños de 5 a 8 años

A esta edad, los niños no serán capaces de comprender completamente la magnitud de lo que está ocurriendo. En cambio, puede que sólo sean más conscientes de los cambios en el colegio o de los cambios en la personalidad de otras personas. Por ejemplo, pueden sentirse angustiados por el cambio de una rutina en su clase en lugar de sentirse tristes por lo que acaba de ocurrir.

Además, los niños de esta edad se expresan sobre todo jugando. Asegúrese de pasar tiempo jugando y participando con ellos de forma creativa. Si algo en esta expresión le parece "raro" (más retraimiento, menos ganas de participar en juegos de fantasía o un exceso de imaginación perturbadora), podría indicar que su hijo tiene dificultades.

Además, los niños de esta edad no siempre son capaces de decir cómo se sienten. Pero la angustia puede manifestarse en cambios físicos repentinos, como un aumento de las pesadillas, mojar la cama, negarse a comer o quejarse de dolores de estómago.

Niños de 8 a 11 años

Alrededor de esta edad, los niños tienen una mayor conciencia de la muerte y de su permanencia. También tienen una mayor percepción de la violencia, las armas y cómo estos dos conceptos pueden entrecruzarse.

Los niños de esta edad son curiosos por naturaleza y pueden hacer muchas preguntas. También es probable que quieran que les asegures que están seguros. Intenta responder a sus preguntas con la mayor sinceridad posible. Pero si no sabes algo, no pasa nada por admitirlo.

Lo ideal es que demuestres que te sientes cómodo escuchando sus sentimientos y que quieres estar a su lado. Al mismo tiempo, debes tener cuidado de no bombardearles con demasiada información, ya que esto puede agravar su sensación de agobio.

Niños mayores de 12 años

A esta edad, los adolescentes ya conocen los tiroteos escolares. Es posible que hayan participado en simulacros de tiroteo activo durante muchos años. Asimismo, es probable que sean activos en las redes sociales, lo que significa que están al tanto de lo que ocurre en la sociedad en general.

Dicho esto, a pesar de sus conocimientos, sus cerebros se desarrollan rápidamente. Por eso, aunque sean maduros e inteligentes, pueden actuar de forma aparentemente irracional o ilógica.

Por eso la comunicación es primordial a esta edad. Quieres ser una caja de resonancia segura si necesitan apoyo. También debes ser consciente de cualquier síntoma de depresión o ansiedad que pueda surgir.

¿Qué signos de preocupación deben tener en cuenta los padres tras los tiroteos escolares?

Los tiroteos escolares afectan a las personas de muchas maneras diferentes. Los testigos directos tienen un mayor índice de depresión y TEPT. En estos casos, se recomienda encarecidamente el asesoramiento en crisis como medida preventiva para que los niños se sientan seguros y apoyados.

Pero incluso los niños que viven a muchos estados de distancia de la tragedia pueden verse profundamente afectados. Los que son propensos a padecer enfermedades mentales preexistentes pueden sentirse más deprimidos o ansiosos.

Si su hijo muestra alguno de los signos siguientes, debería plantearse buscar ayuda profesional:

  • tristeza persistente y pérdida de interés por las aficiones o actividades habituales

  • ansiedad que interfiere con el sueño, la alimentación o las actividades típicas

  • volviéndose increíblemente obsesionado en conocer todos los hechos sobre el tiroteo en la escuela

  • aislarse de los seres queridos

  • comportamiento reservado o compulsivo (consumo de sustancias, trastornos alimentarios, exceso de videojuegos)

Del mismo modo, si observa cualquier otro cambio significativo de comportamiento o emocional, podría indicar que su hijo tiene dificultades. La terapia individual o familiar puede ayudarles a comprender mejor sus sentimientos y a recibir habilidades de afrontamiento eficaces para manejar su estrés.

Reflexiones finales

No hay respuestas fáciles cuando se trata de gestionar estas conversaciones difíciles. Es importante que seas paciente y compasivo contigo mismo. No sabrás hacerlo todo correctamente en este momento.

Y aunque no necesariamente puedes solucionar el problema tú solo, puedes ser proactivo implicándote en el apoyo de la comunidad. También puedes mantener un diálogo abierto y sin prejuicios cuando hables con tus hijos.

Recuerda que es importante cuidar de tu propio bienestar emocional durante este tiempo. Mantente en contacto con la ayuda y acude a ella si tienes dificultades.

La terapia puede ser un recurso valioso si se siente especialmente ansioso o deprimido. Estamos aquí para escucharle y ayudarle a hacer frente a estos sentimientos intensos. Póngase en contacto con nosotros hoy para programar una consulta.

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