¿Qué es la parentificación y cómo puede afectarle en su vida adulta?

Cuando eras más joven, ¿dependían tus padres de ti como apoyo emocional? ¿Parecía a veces que eras tú quien cuidaba de ellos y no al revés? ¿Otros adultos comentaban que tenías un alma vieja o que eras más sabio de lo que te permitía tu edad?

La parentificación se produce cuando los padres, directa o indirectamente, cargan a sus hijos con un exceso de responsabilidades emocionales o físicas. En muchos sentidos, suelen percibirlos como más maduros o capaces de lo que realmente son. Como resultado, si esto te ha ocurrido a ti, puede que sientas que te han obligado a madurar rápidamente.

Profundicemos en por qué ocurre esto y cómo puede estar afectándole ahora.

¿Por qué los padres parentizan a sus hijos?

Ser padre es sin duda un reto. Hacerlo bien requiere un inmenso sacrificio, compromiso y madurez. Del mismo modo, para ser buenos padres hay que estar en sintonía con las necesidades del niño y tratar de satisfacerlas con seguridad y eficacia.

A veces, sin embargo, el progenitor no puede satisfacer estas necesidades. En consecuencia, el niño debe "dar un paso adelante" para contribuir al bienestar de la familia. Cuando esto ocurre, se produce una inversión de roles en la que el progenitor empieza a depender del hijo para satisfacer sus necesidades.

La mayoría de los padres no maltratan a sus hijos. A menudo es un patrón inconsciente, pero puede ocurrir cuando alguien de la familia:

  • se parentizó a sí mismo cuando era niño.

  • lucha contra una enfermedad mental o una adicción

  • padece una enfermedad grave

  • muere inesperadamente

  • experimenta graves problemas financieros o legales

  • crece en una familia monoparental

  • crece en un país en el que sus padres no hablan la lengua dominante y el niño sirve de traductor a sus progenitores

¿Cuáles son los principales síntomas de la parentificación?

La parentificación existe en un espectro. Por ejemplo, en un caso extremo, un progenitor puede confiar únicamente en su hijo para que lleve la casa y cuide de todos los demás hermanos. En casos más leves, un progenitor puede desahogarse ocasionalmente sobre sus dificultades en el trabajo con la esperanza de que su hijo le proporcione apoyo.

Algunas señales claras de que puedes haber sido parentizado incluyen:

  • responsabilizarse de tareas que no eran propias de su edad (conducir demasiado pronto, preparar la comida a una edad temprana, quedarse en casa sin ir al colegio para cuidar de un hermano enfermo).

  • Sentir que necesitas ser el sistema de apoyo emocional de tus padres (confidente, mejor amigo, caja de resonancia emocional, terapeuta).

  • seguir viviendo en casa por miedo a lo que le pasaría a su familia si se mudara

  • trabajar desde una edad temprana para pagar las facturas del hogar

  • mentir, ocultar o restar importancia al comportamiento inadecuado de un progenitor

  • ser el único responsable del cuidado de otros hermanos

  • tener pocos o ningún recuerdo de jugar o divertirse

  • sentir que te han robado la inocencia o la infancia

¿Cómo puede afectarle la parentificación en la edad adulta?

Es normal que te sientas enfadado, resentido o triste por tu infancia. También es normal que te encuentres defendiendo o validando las luchas de tus padres. La parentificación puede dificultar tanto la infancia como la edad adulta. A continuación, te mostramos algunas formas en las que tus experiencias pasadas pueden afectarte en la actualidad.

Poco apego a los demás

El apego seguro se refiere a la seguridad emocional compartida entre dos personas. Cuando un niño se siente unido de forma segura a su cuidador, confía en que está seguro y protegido. Es más probable que tengan una mayor autoestima y disfruten de relaciones sanas con los demás.

Desgraciadamente, los niños parentizados rara vez se sienten seguros con sus cuidadores. Como resultado, puede que no te sientas muy seguro con los demás. Por el contrario, puedes sentirte desconfiado, vigilado o retraído. O, como reacción contraria, puede volverse demasiado pegajoso y precipitarse en relaciones intensas muy rápidamente.

Tendencias a complacer a la gente

Si creciste tratando siempre de complacer a tus padres, es lógico que mantengas este rasgo en tu vida adulta.

Los niños parentizados suelen tener que adivinar qué necesita su progenitor en un momento dado. En consecuencia, es posible que anteponga las necesidades de los demás a las suyas propias. También puede suponer que la gente le abandonará o le hará daño si no puede satisfacer sus necesidades.

Falta de identidad

La infancia y la adolescencia son épocas críticas para la autoexploración. Durante estas fases, uno se hace una idea de quién es. Esta percepción evolucionará de forma natural con el tiempo, pero empieza en esos primeros años.

Sin embargo, si pasó la mayor parte de su infancia cuidando de los demás, no tuvo la oportunidad de cuidar de sí mismo. De adulto, puede que le cueste sentirse sin dirección, desmotivado o apático. Además, es posible que no sepa realmente quién es o qué le gusta.

¿Qué debe hacer si tiene problemas?

Si te identificas con ser un niño parentizado, puede resultarte confuso y frustrante. Puede que te sientas desanimado sobre tu capacidad para sanar.

Dicho esto, muchos niños parentizados crecen y viven vidas significativas y plenas. El crecimiento suele empezar por la toma de conciencia y la autocompasión. Tienes que estar dispuesto a reconocer lo que ocurrió en el pasado y validarte por tus experiencias.

Al mismo tiempo, es importante buscar apoyo. La parentificación puede ser una forma de trauma emocional, y este trauma puede afectar tanto a tu bienestar físico como emocional.

En Lakeside Counseling, estamos aquí para ayudar. Entendemos cómo sus experiencias pasadas pueden dar forma a sus pensamientos y sentimientos actuales. Podemos apoyarle en su viaje de crecimiento. Póngase en contacto con nosotros hoy para programar una consulta.

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